María Isabel Gorostiaga, propietaria del emprendimiento, inició trabajando sobre isopor, haciendo arreglos, pintando y decorando en algunas ocasiones cumpleaños infantiles. Ahí es donde vio la oportunidad de abrir su propio cotillón, al cual llamaron Heidi Cotillón, y como una cosa lleva a la otra, fueron incorporando nuevos productos, como el alquiler de sillas, sillitas y mesitas para los cumples, decidiendo ampliar las opciones para otro tipo de eventos, pasando así de un cotillón a un negocio de eventos, al que lo denominaron Heidi Recepciones.
El negocio estuvo en el mercado por 25 años aproximadamente y siempre estuvo abocado a prestar servicios de alquileres de elementos para fiestas, como sillas, mesas, manteles, vajillerías, cristalerías, etc. Como complemento y siendo así como una especie de cereza de la torta, vieron necesario contar con un lugar donde centralizar los servicios, lo veía como una necesidad de los clientes.
“Es así que luego de mucho insistir y perseverar, junto con mi marido, quien siempre me apoyó al igual que toda mi familia, construimos el primer local de eventos y a partir del año 2006 nace “La Isabella salón de eventos”, mencionó María Isabel.
INVERSIÓN
Gorostiaga mencionó que la inversión inicial para abrir el primer salón de eventos fue de aproximadamente 70 mil dólares, dado que ya contaba con el local, que era nuestro domicilio familiar, lo que se hizo fue adaptarlo para iniciar con los servicios integrales. Hoy, ese local ya pasó por mejoras en infraestructuras gracias al crecimiento del negocio.