La importancia de la educación para el desarrollo económico y social de un país radica en su función de, por un lado, preparar a los jóvenes interesados en ingresar al mundo laboral, y por el otro, preparar a los estudiantes para continuar sus estudios superiores, pero por sobre todo radica en su misión de preparar a los jóvenes para vivir como seres íntegros y autónomos que se encuentran insertos en una sociedad a la cual se deben.