Resulta cómico ver el rictus de supuesta seriedad con el que los candidatos hablan de la economía. Uno de ellos promete reducir la tarifa eléctrica a un 10% -“los que pagan Gs. 50.000 pagarán 5.000”- lo que evidencia no sólo un galopante diletantismo sino además un populismo descontrolado. Que no le interesa, en suma, más que el impacto buscado por el marketing electoral, traducible en votos el próximo domingo 22. Nos hubiera gustado, más que la promesa fácil que saben muy bien que no van a cumplir, que hablaran al país sobre las reformas serias que están faltando. Por ejemplo, en el sector de la energía eléctrica. Los paraguayos no respondemos a aquella aviesa definición de Cecilio Báez de que “el Paraguay es un país cretinizado por un secular despotismo” como para tragarnos el bulo de los 5.000 guaraníes. A menos que el candidato aliancista esté de acuerdo con Báez.