“Anteriormente estos comercios se veían en la necesidad de estar trabajando muy al límite, no podían pedir tanto porque si tenían la carne por mucho tiempo se les ennegrecía”, refirió Ruíz Díaz.
En un comienzo, las personas y los supermercados preferían la carne fresca exhibida en los mostradores, pero poco a poco fueron viendo las ventajas que ofrece el envasado.