Las turbulencias generadas por la crisis política enmascaran cuestiones tan o más importantes que la crisis misma. Por ejemplo, la caída de ciertos tramos de las exportaciones está causando una retracción en la economía producto de la incertidumbre generada a escala global por la guerra comercial entre EE.UU. y China. Este efecto en la economía real queda como una suerte de telón de fondo para la batahola instalada en la lucha de poderes desencadenada a partir del malhadado asunto del acta bilateral de Itaipú, auténtica barrera de alta frecuencia que no deja pasar nada más.