Al igual que muchos niños y niñas de Paraguay, Félix nació en el seno de una familia humilde y numerosa. Sus padres trabajaban en la chacra para producir alimentos. Eran seis hermanos en total. Tres varones y tres mujeres. Como en muchos casos, en el interior del país, el camino a la escuela era largo: 7 kilómetros, un total de 14 kilómetros por día, ida y vuelta, este trayecto lo recorría a pie, acompañado por su hermano o por los compañeros. De estas idas y vueltas, hay miles de historias. Las mañanas que llueve, los niños y las niñas se mojan. Si es invierno, pasan frío hasta que vuelven a sus casas. Cuando empezó a ir a caballo, una noche, de regreso a casa, el corcel se asustó y se murió.