Patricia Nieto
La postergación es un hábito muy
presente en nuestros días y representa que algo que podríamos hacer o iniciar
hoy, pasamos para otro momento? ¡o nunca!
Lo que no nos damos cuenta es que esa postergación también representa
una evasión. Evadir significa evitar con
habilidad una dificultad, compromiso o peligro.
Cuando postergamos, evadimos aquello que la tarea representa para
nosotros.
Como seres humanos, buscamos constantemente
acercarnos al placer y, a la vez, alejarnos de un sufrimiento. Es más, nos vemos más motivados aún a
alejarnos del sufrimiento. Por lo tanto,
aquello que evadimos puede representar un sufrimiento de alguna forma.
Por otro lado, cuando no accionamos
sobre lo que postergamos direccionamos nuestra acción hacia algo más valioso
para nosotros. En este momento, nuestra
elección también representa la búsqueda del no sufrimiento o el placer. Por ejemplo, evito delegar porque al hacerlo
yo misma, me aseguro del resultado.
Entonces, te invito a analizar aquello
que postergas en tu día a día: ¿qué sufrimiento ves en ello? ¿Qué beneficio te
genera la postergación? ¿Qué placer te podría generar si te encargas de ello?
¿De qué otras cosas SÍ te encargas? ¿Qué placer te generan esas otras cosas? ¿Qué
sufrimiento buscas evitar cuando eliges la otra acción? Conociéndote mejor a ti
mismo podrás mejorar tus elecciones al momento de generar resultados.