No tenemos en las casas y menos en la malla curricular de nuestra escolaridad una cultura de hablar de educación financiera y esto se da por una mentalidad feudal que sigue reinando entre nosotros y no condice con los tiempos que vivimos, donde seguimos pensando que el padre, el caudillo, el estado proveedor nos brindarán las oportunidades de empleo, salud y educación, cuando esto quedó desfasado y hace rato vivimos lo que se conoce como esa vieja frase “cada uno para sí, y Dios para todos”.
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Arreglando papeles en mi oficina, entre los tantos trípticos que uno va juntando de las actividades que participa, me encontré con la de "La Estrategia Nacional de Inclusión Financiera" y fue apartado de los demás materiales que terminaron en la basura. Me pareció que se salvó para que pueda escribir estas reflexiones de cuán profundamente ignorantes somos muchos en materia de educación financiera y lastimosamente nos ganan unos pocos con un pasar óptimo, ya que aprendieron qué teclas tocar.
