Estábamos en una reunión, allí en Cerneco, cuando en el momento del café, durante el intermedio de una conferencia, me lanzó esa pregunta.
Le respondí que no. Pero, ya intrigado y con deseos de conocer lo que le pasó a doña Hortensia, le pedí que me contara. Y he aquí lo que me dijo.
Doña Hortensia era un ama de casa que se brindaba, en cuerpo y alma, a su esposo y a sus dos hijos que aún vivián en la misma casa.