La jaula estaba preparada para que, cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos podían lanzar un chorro de agua bien fría sobre los que quedaban en el suelo. Cada mono recibió, varias veces, su “ración” de agua fría cada vez que intentaba buscar las apetitosas frutas exhibidas.
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Los cinco monos del experimento
Un grupo de científicos canadienses se propuso hacer un experimento. La investigación consistía en colocar cinco monos en una jaula. En el centro del recinto con barrotes, se puso una escalera. Sobre ella, además, se ubicó un montón de bananas, de esas bien amarillas y apetitosas. Realmente, esas frutas maduras se veían tentadoras para todos los monos del experimento.