Los improvisados, los aventureros y los que rifan su mano de obra barata a políticos oportunistas, jamás van a entender que cuando asumen la responsabilidad de una representación popular dejan de tener vida privada, dentro de ciertos límites éticos, para quedar expuestos a la requisitoria pública los siete días de la semana.
Columnas
Vida privada de los personajes públicos
El caso del senador que hizo nombrar a su hija en una embajada europea es uno más dentro de la severa parasitosis de baja política que sufre el servicio exterior.