“En general, estas tallas religiosas son las que fueron producidas por los indígenas en las misiones jesuíticas y franciscanas, en los llamados tava o los pueblos de indios”, expresó Margarita Morselli, directora del Centro cultural.
A su vez, el crítico de arte y principal estudioso de las artes visuales del país, Ticio Escobar, escribió en el Catálogo de Imaginería Religiosa del CAV/Museo del Barro que los indígenas son forzados a cambiar sus figuras (o sus no-figuras) por estas potentes efigies que representan mundos extraños, incompatibles con sus creencias y sus memorias.