El planteo es interesante pero cómo se explica entonces el abarrotamiento de los hospitales cabeceras del sistema. Según el estado actuarial suministrado por el propio instituto, sólo 35 de cada 100 trabajadores objeto del seguro social están afiliados. Si con tan baja cobertura sobre el universo total de afiliables, las instancias de atención primaria en IPS no logran despejar las aglomeraciones, algo no está funcionando. Son pocas las opciones que expliquen este fenómeno: o el sistema de divulgación no está dando con el mensaje apropiado o bien lo hace y la respuesta “in situ” de las unidades primarias de atención es incompleta o inexistente.
Y no creamos que este fenómeno afecta sólo al IPS. Se extiende también a las instituciones del Estado central dentro del cual funciona el Sistema Nacional de Información en Salud (que incluye el IPS), creado en 1995 y definido como “fundamental, decisivo e impostergable para diagnosticar la situación sanitaria del país y sus tendencias…”. La literatura es abundante y hasta farragosa asegurando servicios. Pero la realidad responde con hospitales cabecera desbordados de pacientes incluidos los que podrían ser despachados eficientemente desde unidades regionales y locales, muchas de ellas vacías.