El diario no hacía otra cosa que documentar la huida de empresarios argentinos del caos financiero y económico en el que se debate el otrora granero del mundo, preso hoy de un populismo gris que destruye el capital local y espanta la inversión extranjera. El gasto público descontrolado y la emisión inorgánica sin freno en los que está inmerso el país han desembocado en una inflación que cerrará a fin de año, según cálculos moderados, en un piso del 100% mientras el riesgo país se acomoda en 2.400 puntos básicos. Argentina es hoy un país sin precios, con al menos 14 tipos diferentes de cotización del dólar, cepo cambiario y con tantas dificultades para importar como para exportar. ¿Quién no huiría de un carnaval económico-financiero de semejantes proporciones?
Editorial
Honorables, ¿quieren ser Argentina?
El matutino Clarín de la capital porteña reportaba la semana pasada la historia de un “país vecino” que no cesa de atraer inversiones argentinas. Acompañaba el artículo una panorámica del primer eje corporativo de Asunción, con sus torres de departamentos y sus galerías comerciales de atrevida arquitectura.