Va abriéndose paso una nueva corriente de habitabilidad urbana enderezada a reconvertir el modo de vida actual, que casi sin excepción, se caracteriza por largos desplazamientos del hogar hacia el trabajo y hacia rutinas diarias de compras y esparcimiento, con fenomenales embotellamientos de tránsito, horas derrochadas en semáforos y pérdida general de calidad de vida. En muchas ciudades se han desarrollado planes destinados a acercar en lo posible ambos extremos, vivienda y trabajo. Curitiba lo está logrando luego de años de intervenciones en asentamientos informales con diversas escalas de inversión en viviendas y servicios. Y lo hizo, sobre todo, porque se estaba volviendo inviable el modelo de los largos traslados entre hogar y oficina.