El caso de la Flota Mercante del Estado y su paso a manos privadas fue simplemente una liquidación de activos de nulo valor de mercado. Lo mismo ocurrió con Líneas Aéreas Paraguayas, una empresa cuyo único patrimonio significativo eran las rutas aéreas mientras su flota había entrado en la total obsolescencia. La otra experiencia es la oxidada Antelco que, también desfasada en el tiempo y bajo el equívoco patronímico de “sociedad anónima estatal”, ha quedado fuera de competencia para moverse en el ámbito de las telecomunicaciones que requieren masivas inversiones en nuevas tecnologías. Ni hablar de Capasa, la productora de bebidas alcohólicas que no ha sabido navegar las nuevas tendencias de consumo.
Editorial
Privatizar o no, esa es la cuestión
El Paraguay ha tenido varias experiencias en la privatización de empresas públicas que no han sido precisamente exitosas.