EFE
Pasados nueve meses desde el comienzo del conflicto entre dos grandes actores agrícolas (Rusia y Ucrania), muchos analistas señalan que la crisis se venía gestando de antes -por la inflación o el clima- pero quedan ya pocas dudas de su alcance y mucha incertidumbre sobre la oferta futura de alimentos.
La prórroga de cuatro meses del acuerdo entre Rusia y Ucrania -con la mediación de Turquía y la ONU- para exportar cereales por vía marítima ha rebajado las tensiones y está garantizando el abastecimiento.
En consecuencia, las curvas de los precios del grano y de oleaginosas están en un momento de “valle” frente a “picos” como los registrados en primavera, según los datos del sector comercial y de redes gubernamentales de datos, pero la volatilidad está latente.